Rising emperor de Kyle Thompson
Ya no te levantas con esa ilusión de la infancia, después de una noche de sueños mágicos y duermevela... no hay visitas furtivas al salón, ni agua para los camellos, ni chupitos de anís a medio beber. No hay juguetes envueltos en papel de regalo, ni caramelos en calcetines, ni un pasillo inundado de globos. Ya no hay circos de Playmobil, ni muñecos, ni coches teledirigidos. Ya no hay fotos en bata y pelos despeinados. Se han terminado los peregrinajes de casa en casa para ver que sorpresas encontrarías tras la puerta.
Ya no hay magia, porque has crecido...
...pero nunca, jamás, hay que perder la ilusión.
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