Sin título de Steven Beckly
Qué frío el de los huesos que se rompen al contacto con el hielo.
Qué frío el sol de invierno.
Qué frío corazón el tuyo.
Millones de estalactitas saliendo disparadas de tu boca de escarcha, en forma de reproche, directas a mi estómago como dardos envenenados. Como saliva cuando los adolescentes juegan a ver quien escupe más lejos.
Ya no más tu llama ardiendo en la punta de mis dedos.
Ya no más tu lengua entre mis labios.
Ya no más tú...
...ya sólo hielo.
Qué fría la soledad de mi cama vacía.
Qué fría la nieve en mi lecho de tristeza.
Qué fría se antoja la espera hasta primavera.