Tokyo Colors de Eylül Aslan
¿Recuerdas cuando el domingo era tu día preferido?
No hace tanto tiempo, y sin embargo parece que hayan pasado tres vidas enteras.
Domingos de la infancia viendo dibujos animados. Domingos de desayunos en familia. Domingos de comer paella. Domingos de perderse entre las páginas del periódico y la revista semanal.
¿Queda todavía alguien que compre el periódico?
Los domingos ahora son otra cosa... no tienen magia.
Los domingos ahora tienen la amargura del día antes del regreso de vacaciones. El olor a rutina. El tacto de la monotonía.
Los domingos ahora son días de rastro y multitud. Días de brunch. Días de resaca y depresión.
Domingos de hacerse un ovillo en la cama, como queriendo escapar del paso del tiempo.
Los domingos son días raros, días feos, días de paso.
Los domingos deberían no existir.
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