martes, 1 de noviembre de 2011

VERANOS DE LA NIÑEZ

Bathtub de Astice

Siempre quise una casa con bidet para aprender a nadar a mariposa. Brazadas minúsculas de orilla a orilla, enfundada en mi gorro de silicona y con los ojos achinados por la presión de las gafas. Chapotear con el dedo meñique desde un taburete añorando esos veranos de la niñez en Benidorm que nunca tuve. Veranos de playa y familia y paella y sombrillas y suecas en topless y bicicletas BH y frigopies que veía en las películas de Pajares y Esteso. Anuncios de coches minúsculos en los que cabían familias de cinco miembros con suegra y perro incluidos. No existían esos veranos si la posguerra te había pillado en un pueblo perdido de Castilla y tu padre vivía escondido dentro de la chimenea, en una ratonera de un metro cuadrado, por culpa de ese señor bajito del bigote. Nunca he visto el mar… pero me gusta pasar las tardes de verano con mi gorro y mis gafas metiendo los pies en mi bidet de marca Roca. A veces hace falta muy poco para ser feliz. A veces con un poco de imaginación basta.

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