jueves, 21 de marzo de 2013

TODAS LAS ALMAS

Crowd #1 (Stan Douglas) de Alex Prager

Todas las almas se cruzan en una estación de tren. Circulando de aquí para allá. Con o sin rumbo fijo. Gente y más gente. Todos tan iguales y a la vez tan distintos. Pequeños dramas personales. Alegrías que se esconden en el fondo de un bolsillo.

Todas las almas fingiendo saber hacia dónde van cuando en realidad no tienen ni idea de qué hacer con su vida. Personalidades múltiples que no saben encontrarse a sí mismas entre este enjambre de carne y huesos y vísceras... como tú y como yo. Perdidos en una masa de cuerpos. Perdidos y solos entre la multitud... sintiéndonos solos aunque estemos rodeados de muertos vivientes... gente sin vida... almas perdidas. 

lunes, 18 de marzo de 2013

RUE ST. CROIX DE LA BRÉTONNERIE

 Sin título de Álvaro Manof

Interior WC. Mediodía. Despierto. Tengo un pie lleno de pelos a dos centímetros de mi cara. Lo aparto con cara de asco. Estoy desnudo en una bañera con restos de confetti pegado al cuerpo. Él también. Me asusto de lo que haya podido pasar. Hay una chica, también desnuda, tirada en el suelo. Duerme con la cabeza apoyada en el retrete. Se me quita un poco el susto. Siempre he querido hacer un trío. No recuerdo como he llegado aquí. ¡Qué malas son las drogas!

Flashback. Dos días antes. Interior estación. Atardecer. Espero sentado en un banco. A lo lejos veo llegar a Paloma cargando una maleta enorme. Parece que en vez de tres días vaya a pasar una vida entera conmigo. No me importaría en absoluto. De hecho, nada me haría más feliz.


  Sin título de Álvaro Manof


Flashback. Diez años antes. Primer día en un colegio nuevo. Caras desconocidas. Un pelirrojo que me escupe en los zapatos y dice: el nuevo es un hijo de puta. Todos ríen. Intento no llorar. Paloma se acerca. Sonríe. Dice: No les hagas caso. Son unos críos. Pongo cara de nomeimportaenabsoluto, aunque me importa y me duele. Me duele mucho. Soy Paloma, dice… y me enamoro de ella al instante.

Volvemos al WC. Tengo la boca pastosa. Bebo restos de una lata de cerveza. Sabe a ceniza y colillas y babas. No ayuda. Intento recordar algo de la noche anterior. Imágenes confusas: Paloma. El tiovivo de Montmartre. Limonada. Un zapato volador. El sonido del agua del río. ¿Truco o trato? Pastillas. Luces de colores. Sirenas en el Sena.


Sin título de Álvaro Manof

Flashback. Exterior estación. Atardecer. Arrastro la maleta de Paloma por calles de adoquines. Sonrío como un tonto. Está más guapa que nunca. Al verme me ha besado en la boca. No he sabido reaccionar. Llegamos a casa. Dejamos la maleta y caminamos por París cogidos de la mano. Hablamos. Reímos. Nos besamos. La felicidad debe ser algo muy cercano a esto. Nos subimos al tiovivo de Montmartre. Compramos una baguette, ocho variedades distintas de queso, y hacemos un picnic junto al Sena. Anochece. Volvemos a casa. Nos duchamos y hacemos el amor como locos en todos los rincones posibles. Me clavo la sartén para hacer crepes en la columna, pero me da igual. Sudor. Saliva. Dos, tres, cuatro orgasmos. Bebemos todos los restos de alcohol que quedan en casa. Recorremos los bares de moda. Cantamos a voz en grito Atomic de Blondie. Saca dos pastillas. Me obliga a decir truco o trato si quiero una… elijo trato. Pastilla azul. Sudamos. Nos besamos. Bebemos. Bailamos en los peores tugurios de la ciudad. Es la mujer de mi vida. Grito truco con todas mis fuerzas. Me da una pastilla blanca. Ella esnifa coca. Polvo eres y en polvo te convertirás. Corremos por las gigantes avenidas parisinas emulando nuestra secuencia favorita del cine frances. Le digo: Je n’aime que toi. Ella responde: Petit pervers, où as-tu mis tes doigts. Reímos. Un coche casi me atropella. Pitan. Ella se levanta la camiseta y enseña las tetas gritando C’est la revolution. Un frenazo. Gritamos a la vez. Un zapato de tacón volando a cámara lenta. Sangre. Lágrimas. Todo se nubla. Sirenas en el Sena. Luces de colores. Delta Charlie Delta. Me asusto. Huyo. Corro llorando por barrios desconocidos. Vuelvo a la discoteca. Bebo. Lloro de dolor y rabia y desconsuelo. ¿Por qué tiene que terminar ahora que estábamos aprendiendo a ser y no sólo a estar? Suena su canción. Pierdo la consciencia. Despierto en una bañera con restos de confetti…


Relato publicado originalmente en el proyecto Postcards from Paris

domingo, 17 de marzo de 2013

EL DEDO EN EL OJO

Anthony de Karen Castillo

Meter el dedo en el ojo y la llaga... una y otra vez. Creer haberse dado por vencido, pero saber en lo más profundo de tu ser que te queda mucho por dar. Pies en la tierra. Hurgar en la herida. Llorar en la sombra de una habitación de alquiler. Volver a hacer lo que nunca pensaste que tendrías que volver a hacer. Bajarse los pantalones (otra vez) y subir la cabeza... bien arriba, bien alta. Siempre. Luchar por lo que crees... pelear con uñas y dientes por lo que algún día llegarás a ser... por lo que ya eres. 

Nada ni nadie podrá quitarte esa magia que llevas dentro... 

...esa magia que haces y trasmites... 

...nada ni nadie podrá hundirte.

A Jota

domingo, 3 de marzo de 2013

EL NIÑO

Aron de Maja Engman

Siempre fue un niño especial porque desde pequeño parecía una persona mayor. Miraba con esos ojos de absoluta tristeza que te rompían por dentro... que dolían. Bebía absenta para desayunar y fumaba tabaco en pipa, primero a escondidas y luego a la vista de todos para que supieran que clase de niño era... 

El niño precoz. 

El niño perdido. 

El niño que la muerte no dejaría llegar a ser adulto. 

Maldecía todo lo maldecible, con palabras malsonantes que ni siquiera los adultos se atreverían a pronunciar. Te miraba como perdonándote la vida y decía todas las verdades que nadie nunca se atreve a decir a la cara. Los domingos le gustaba lanzar piedras a las palomas hasta que se desangraban. Fingía que se las llevaba a casa para cenar pero más de una vez le vieron llorar después, de puro arrepentimiento y dolor, mientras las enterraba en pequeñas tumbas adornadas con flores silvestres. 

Siempre fue un niño especial porque creció solo... 

...porque nunca se supo de donde había salido... 

...porque nunca se supo a donde fue.