Maggie de Alex Prager
Ha decidido que quería flotar, así de repente... sin motivo. Lo ha decidido mientras conducía rumbo a ninguna parte, huyendo de una vida anterior que poco importa. Sin pensarlo un momento ha pegado un volantazo, ha detenido el coche y se ha lanzado al lago... con ropa y sin zapatos. ¡Qué locura! -estareis pensando ahora mismo- ¿Y qué pasa con la ropa? ¿Y qué pasa con su vida? Pero ella sólo piensa en lo feliz que es en este preciso instante, observando las nubes y notando el frescor del agua mientras flota. No hace falta nada más para ser feliz, sólo no pararse a pensar demasiado en las consecuencias... y tiene razón, porque la felicidad es eso: un impulso y un volantazo.
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